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POR UNA COMUNICACION POPULAR

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lunes, abril 03, 2017

PALABRAS. HECHOS CONSECUENCIAS

PALABRAS. HECHOS. CONSECUENCIAS.

Muchas veces una palabra enciende lugares oscuros en el alma. En la memoria. Abre caminos impensados. Dispara preguntas. Despierta sensaciones.
Como un olor sonoro que remite a un pasado olvidado. Oculto. Añorado.
Como un color de textura amigable o dolorosa.

Por ejemplo, la palabra “política”. Que según algunas definiciones hacen referencia a “la actividad de quienes aspiran a regir los asuntos públicos” (Diccionario de la Real Academia Española) noción que podemos asimilar a la dirigencia política. Quienes para “regir los asuntos públicos” realizan actividades, hechos, generan situaciones “políticas” para lograr el apoyo social necesario que los lleve al gobierno, única forma en democracia de “regir los asuntos públicos”.

Otra descripción habla de la “Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, su voto, o de cualquier otro modo” (Ibídem)
Las manifestaciones y movilizaciones serían ese “cualquier otro modo”

Resulta por lo menos “llamativo” que un gobierno en ejercicio y la mayoría de sus funcionarios, apostrofen como si fuera algo ilegal, deleznable o condenable la “actividad del ciudadano cuando interviene es los asuntos públicos con su opinión...o de cualquier otro modo...” dentro de las reglas de la democracia.
Calificando esos hechos como “políticos”.

¿De qué otra manera pretende el gobierno y sus funcionarios que los ciudadanos intervengan en “los asuntos públicos”?

Para poner en limpio: dirigentes que llegan a “regir los asuntos públicos” haciendo “política” condenan la “actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos” salvo cuando los eligieron con “su voto”.
Esta situación nos lleva a interrogarnos sobre que idea de democracia tiene este gobierno.

Repasemos un poco el concepto “democracia”. Etimológicamente: “Demos” pueblo, “Cratos” gobierno; gobierno del pueblo. Podemos decir que es un sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes.

Un presidente fallecido expresó que “Democracia es el gobierno del pueblo, donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere”, también dijo que “el gobierno debe lograr la grandeza de la Patria y la felicidad del pueblo” (J. D. Perón)
También dejó escrito que “Lo que la disciplina política no permite es el engaño. Lo que la disciplina política no tolera es el mal procedimiento.”
“Lo que la disciplina política impone es la sinceridad y la lealtad en todos los procedimientos y por sobre todas las cosas...” “..y en consecuencia, quien quiera realizar un mal acto no solamente corrompe la disciplina...” “...sino que se hace pasible de que esos hombres que deban obedecerlo sean quienes tengan derechos a mandar a quien está mandado.” (Discurso del General Don Juan Domingo Perón ante los delegados del Congreso General Constituyente del Partido Peronista, 1947).

El subrayado de más arriba es mío. Para resaltar algo innegable desde la asunción de la actual administración para “regir los asuntos públicos”.
Fueron elegidos con las reglas de la democracia en base a las promesas de las medidas de gobierno que implementarían si resultaban electos. Los hechos posteriores dejaron ver con claridad que MINTIERON.
Es una grave injuria (“hecho o dicho que atenta contra la dignidad o el honor de una persona” “daño material que una persona o cosa le produce a alguien”) cometida por el gobierno contra la sociedad en su conjunto.

Otro hecho condenable si hubiera un Poder Judicial probo, honesto e independiente, en especial la Corte Suprema de Justicia, es la sistemática violación de la Constitución Nacional, los Tratados Internacionales incorporados a ella y a leyes debatidas y votadas por amplias mayorías en el Congreso de la Nación.

Una pregunta inquietante recorre el cuerpo social ante semejante muestra de impunidad gobernante ¿CÓMO DEMANDAN DIOS Y LA PATRIA a un presidente que comete semejantes iniquidades y persiste en mentir cínicamente al pueblo que lo votó y al que no lo eligió?
¿Si la “actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos” reclamando por sus derechos cercenados es reprimido y denunciado por “hacer política”?
¿A qué responde semejante provocación desde la primera magistratura de la Nación?

Daniel Mojica






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