Nuestros treinta mil

Nuestros treinta mil
memoria, verdad y justicia

POR UNA COMUNICACION POPULAR

POR UNA COMUNICACION POPULAR
POR UNA COMUNICACION POPULAR

jueves, agosto 25, 2016

SOBRE EL INFIERNO, LOS DIENTES Y LA VÍBORA

SOBRE EL INFIERNO, LOS DIENTES Y LA VÍBORA

“Soy de los que se agarran a su infierno/ más por economía que por obstinación./ Todo infierno es un haz de lo posible,/ y el que no muerde ahora las vainas del furor/ las morderá otro día con los dientes más flojos”. (Leopoldo Marechal, “Megafón, o la guerra”)

Este don Leopoldo tiene una forma especial de hacernos ver lo que le sucede a nuestra Patria.
Vaya a saber por qué, cuando releí la frase con que comienzo esta reflexión, mi pensamiento esbozó “CGT” en mi mente.

Entonces me acordé de un presidente que “En el aniversario de la Cámara Argentina de Comercio…afirmó que la Argentina está en el infierno, que después viene el purgatorio y que espera que los próximos gobiernos “puedan darnos el cielo”. Antes, Carlos de la Vega reclamó represión a piqueteros”. (Diario Página 12, 12/12/2003)

¿Qué pasó por nuestra conciencia, como sociedad, luego de los siguientes ocho años del “purgatorio” que terminó en 2015? Elegimos un nuevo infierno.

¿Será como dice Noam Chomsky?: “...los principales medios de comunicación...son grandes empresas que “venden” públicos privilegiados a otras empresas” (“Ilusiones necesarias, Control del pensamiento en las sociedades democráticas”, Terramar Ediciones)
Y completa expresando que no puede sorprender que “...la imagen del mundo que presentan reflejara las perspectivas y los intereses de los vendedores, los compradores y el producto...”

Nuestros medios de comunicación (“los vendedores”) y el frente Cambiemos (“el producto”) sostienen (hasta ahora) “la misma imagen del mundo”, “las perspectivas” y “los intereses”. Pero ¿los que votaron? (“los compradores”) no tienen todos la misma extracción social, económica, cultural e ideológica, que haga confluir “las perspectivas” y “los intereses” con los que gobiernan.

Muchas veces me resisto a pensar que los humanos somos tan “influenciables”. También creo que nunca las causas de una victoria o una derrota se reducen a una única razón o circunstancia. Aunque también es cierto que el porcentaje de personas a las que la política les apasiona no es el que me gustaría. O el que cambiaría la ecuación, tal vez.

Por eso me impactó muy hondo la frase de Marechal “...el que no muerde ahora las vainas del furor/ las morderá otro día con los dientes más flojos...”
Porque desde los medios nos van aflojando los dientes cada segundo. Con sus mentiras, con sus tergiversaciones y distracciones. Entonces, el tiempo pasa, lo urgente sigue ahí frente a nuestras narices. Pero nuestros ojos se encandilan con el incesante desfile de vacuidades de todos los colores y tamaños.

Parece que, a cierta dirigencia los dientes se le aflojaron rápido.

Un elemento que no es debidamente dimensionado es el revanchismo latente en las medidas y su comunicación.

Vuelvo a don Leopoldo que tiene la palabra justa. En la novela mencionada uno de los personajes dice que luego de los fusilamientos de José León Suarez “...recorrí ese basural amontonado en la llanura de Buenos Aires, y le aseguro que la pampa lloraba...”

Otro de los personajes se lamentaba de como fusilaron al General Juan José Valle: “Si hay que fusilar a un soldado, ¡que sea en una casa de soldados! ¡Lo exigen el estilo y el honor!”.

A lo que Megafón responde “La muerte del estilo...fue para mí una Primera Incitación a la Guerra.”
Continuó su alocución hablando del ectoplasma en que se materializan algunas formas ya “perimidas”. Para afirmar “La contrarrevolución de 1955 tuvo su ectoplasma, y en él se materializaron...figurones de cartón o de lata, políticos ya desintegrados en sus tumbas, asaltantes ya históricos del poder y el dinero.”

Es difícil no leer ese párrafo y sentir que fue escrito hace unas semanas.

“Esos fantasmas reencarnados...constituyen ahora la exterioridad visible del país...fantasmas ilusorios que juegan el destino del país en un ajedrez tan espectral como ellos...ese cascarón fósil es “la peladura externa” de la Víbora”.
Donde la Víbora, explica más adelante Megafón, “es la Patria”.

El personaje con el que dialoga el protagonista le pregunta ¿Cuál es la otra peladura?

A lo que le responde: “...la Víbora ya construyó debajo su otra piel...mientras los figurones...consuman la muerte de una dignidad y la putrefacción de un estilo, la piel interna de la Víbora quiere salir a la superficie y mostrar al sol sus escamas brillantes. ¿Entiende?...”

Concluye su razonamiento de la siguiente manera:

“Es necesario que la Víbora suelte ya su inútil pelecho de fantasmas.”

Daniel Mojica

No hay comentarios.: