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POR UNA COMUNICACION POPULAR

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miércoles, enero 14, 2015

REFLEXIONES ACERCA DE PARÍS






REFLEXIONES ACERCA DE PARÍS

Al levantarnos cada mañana, los pensamientos no suelen ser muy precisos. Hay cierta reminiscencia de la noche pasada con una mezcla de sueños no recordados y una inercia rutinaria en el ritual de despabilarse al lavarnos la cara y los dientes.
Durante el desayuno de este día en particular el noticiero da cuenta de una matanza en París.
La libertad de expresión se estrelló contra el odio asesino. La muerte selló la disputa sin razones en su mano.
La primera reacción es el repudio a los asesinos y la solidaridad con las víctimas. Es la primera respuesta. Visceral. Sin mayor análisis. Casi un reflejo de la conciencia.
Más tarde uno va reconstruyendo contextos. Sumando datos. Agregando información. Recordando hechos de la historia reciente.
Lo que a simple vista parecía un acto irracional producto del fanatismo religioso va tomando otra dimensión.
Disputas de poder, intereses geopolíticos. Los negocios más siniestros van dando forma a una pintura que ya no es en blanco y negro.
Van surgiendo colores que matizan. Personajes que no eran visibles en la escena de la sangrienta obra montada. Nefasta teatralidad con millones de involuntarios espectadores.
Los guionistas de semejante espectáculo tenían un solo fin. Tal vez con maquiavélicos pequeños fines colaterales.
Globalizar el miedo. Dejar la sensación de que no hay un lugar seguro. Para crear la necesidad de reclamar protección ante semejante locura.
Después de transcurrido un tiempo prudencial del hecho podemos preguntarnos ¿fue una locura? ¿Un acto demencial? ¿La defensa de una creencia?
O en cambio es una estrategia perfectamente pergeñada para que no lo parezca.
Como en cualquiera de aquellas buenas películas de espionaje que supimos disfrutar. Películas tan caras a las grandes productoras internacionales y que tampoco son inocentes. Al igual que los otros medios de comunicación van construyendo un sentido. Así como construyen a los buenos y los malos que dirimen su lucha en la pantalla.
La realidad muchas veces supera a la ficción.
Seguramente con los siguientes datos se puede construir una trama creíble que entusiasme a algún productor:
“Año 1980. Una potencia extranjera invade un país asiático. La potencia enemiga arma, entrena y financia a quienes resisten la invasión logrando expulsar al invasor. Como telón de fondo la riqueza petrolera del país invadido.
“Año 2001. Un grupo de aquellos rebeldes entrenados, cuyo jefe es un musulmán enjuto y barbado, comete un brutal atentado en una ciudad de la potencia que los armó y entrenó. En realidad esa es la versión oficial. Como siempre sucede en las buenas intrigas, se filtra el dato de que pudo ser un autoatentado, cuyo fin habría sido lograr un recorte de los derechos y garantías de los ciudadanos para poder “protegerlos” de hechos como el sucedido.
“Año 2003. La potencia agredida en el 2001 invade una nación árabe para terminar con los crímenes del dictador que fue su aliado durante muchos años.
“Aunque el verdadero objetivo es el petróleo.
“Año 2010.  Se producen revueltas populares en varios países árabes. La potencia que el año 2003 invadió a una de las naciones árabes. Apoyó con mucha fuerza la revuelta, como suele hacerlo: con financiamiento, armas y entrenando a los sublevados. La sublevación recorre varios países y crecen los rebeldes que luchan en contra de los estados constituidos. El apoyo recibido por la potencia los hizo crecer desmesuradamente. ¿Se les fue de las manos a la potencia que los apoyó?
Es una buena pregunta para los guionistas. Porque esa potencia recibió el apoyo claro y específico de varios países europeos en su ayuda a los sublevados.”
Tal vez ese film no se haga nunca.
Lo que es seguro es que existe una sangrienta trama de intereses que buscan generar temor en la humanidad para que esta clame por protección.
Para que luego vengan los protectores y así quedarse con los recursos naturales y con los derechos y garantías de los ciudadanos.
Pero los guionistas siguen pergeñando estrategias de dominación y muerte. Como en el cuento “La carta escondida” para que no los vean forman en la primera fila de los que manifiestan en contra de los atentados.

Daniel Mojica

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