Nuestros treinta mil

Nuestros treinta mil
memoria, verdad y justicia

POR UNA COMUNICACION POPULAR

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lunes, agosto 15, 2011

ACLARANDO CONCEPTOS

PRIMARIAS DEL 14/8, EL PRIMER PASO HACIA EL 23/10

ACLARANDO CONCEPTOS. PALABRAS QUE MATAN

Es gratificante para quienes militamos en el movimiento nacional desde nuestros imberbes años, como Néstor y Cristina, el contundente triunfo en las urnas del día de ayer.

Porque es el triunfo de los sueños de una generación diezmada por el odio genocida. Es el triunfo de convicciones que no claudican. Porque son las banderas históricas del movimiento nacional, traducidas a estos nuevos tiempos, que no por casualidad, también son fundacionales. Porque aquellas banderas inclaudicables que hablaban de una patria justa, libre y soberana, son las que hoy flamean con remozada energía lo largo de nuestra América sureña.

Fueron fundacionales en la década del 40 de aquél conflictivo siglo XX, porque hablaban de valores que parecían inalcanzables: soberanía política, independencia económica y justicia social.

Tuvimos que soportar la “fusiladora”, las proscripciones, sobrellevar la resistencia, combatir gobiernos fraudulentos y proscriptivos, luchar para que vuelva.

Sin bajar nunca las banderas. Sin negar las convicciones. Dejando en el camino jirones de muchas vidas. Sufriendo traiciones y agachadas.

Son fundacionales hoy también, cuando este siglo XXI encuentra a nuestra América en el camino de la independencia económica, la soberanía política y la justicia social.

Las traiciones no han podido borrar de la memoria colectiva la esencia transformadora del peronismo, columna vertebral del movimiento nacional.

Por eso los traidores siguen tratando de inocular su odio irracional en una sociedad que aprendió a celebrarse. Como ha quedado demostrado con los festejos del bicentenario. Al igual que las multitudinarias visitas celebratorias a Tecnópolis. Es que los traidores y los enemigos del pueblo no toleran la alegría de una sociedad que no compra el terror dosificado que los medios hegemónicos y sus mercaderes mediáticos intentan difundir por sus múltiples canales.

Por eso, los aprendices de golpistas hablan en sus discursos destituyentes de “sucio trapo rojo” (igual que los genocidas en sus discursos).

Por eso los desestabilizadores diplomados, pretendiendo ocultar su derrota profieren discursos descalificatorios hacia los triunfadores, hablando de “jóvenes subversivos” (igual que los genocidas en sus discursos) para estigmatizar a la juventud que apoya el proyecto nacional y popular.

Apelativo que en nuestra patria provoco 30 mil compañeros desaparecidos, torturas, muertes y robos de bebés.

No por casualidad a este candidato lo apoyan los detenidos por crímenes de lesa humanidad.

Ya que hablamos de ese término: “subversión”, que en la década del 70 sirvió como marca para exterminar a una generación de jóvenes, expliquemos el verbo “subvertir” que significa: trastocar, alterar, revolucionar.

¿Cuál es el pecado de una juventud, que cumpliendo con el mandato de su esencia, de su propia razón de ser pretende desde su acción política, alterar, transformar la realidad? ¿Cómo se es joven sin llevar en la sangre la semilla de la revolución? Ser joven es ser revolucionario.

Esa esencia es la que se estigmatizó, y la que se pretendió erradicar con el genocidio.

Ese discurso del traidor a las históricas banderas del movimiento nacional, ha agitado un fantasma acorde con sus socios genocidas presos. Es un comentario criminal, por su implicancia en la memoria colectiva de la sociedad.

Memoria social que en base al terror sembrado por los genocidas durante su gobierno usurpado, había casi desterrado la práctica política. Dejándola en manos de los “profesionales” de la política. Asimismo la militancia de los jóvenes estaba en su mínima expresión.

Hace un tiempo a esta parte, y gracias a que hubo un presidente que no dejó sus convicciones en la puerta de la casa de gobierno, la juventud actual y los que hace más tiempo que somos jóvenes volvimos a creer en nuestro presidente, entonces, y hoy en nuestra presidenta. Por eso la explosión juvenil que se ha vuelto a enamorar de la política.

Porque otra vez la política es una herramienta de transformación social, de alterar, de trastocar todo aquello que oprima a los que viven de su trabajo, que explote a los más débiles. La política viene a ampliar derechos y no a suprimirlos. Esta es la “subversión” que molesta.

Este dirigente, que durante muchos años se disfrazó de peronista, no se dio cuenta que el peronismo nació para transformar, alterar, modificar, subvertir la realidad de explotación que imperaba en la mitad del siglo XX.

Vayan estas líneas, entonces, como desagravio a un concepto que tantas muertes ha provocado y que un perturbado mental, hoy pretende agitar como espantajo para ahuyentar los vientos revolucionarios que soplan desde mayo de 2003.

Dedico el resultado de estas primarias a mis 30 mil hermanos de lucha, a los 105 nietos recuperados, a las Madres y Abuelas, y al pueblo que se expresó libremente.

Seguramente el próximo 23/10 este mismo pueblo pondrá en su lugar a este personaje que pertenece a una sub versión de la política.

Daniel Mojica

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