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POR UNA COMUNICACION POPULAR

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martes, julio 27, 2010

CRONICA DE LA MARCHA DE HOMENAJE A LA COMPAÑERA EVITA

CELEBRACION DEL ESPIRITU REBELDE ¿Cómo se explica que semejante multitud, en su inmensa mayoría jóvenes, rescaten a Evita? Como es obvio, no usé el verbo “recuerden”, con seguridad es un trabajo, esa explicación, para sociólogos y especialistas. Emociona, semejante demostración de amor y compromiso. Amor, por quien “…dejara jirones de mi vida…” y compromiso por “…yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria…” En esa tarea estamos todas las confluencias posibles de la gloriosa JP, los sobrevivientes de la primera resistencia, sus hijos, que batallamos en los 70, y nuestros hijos, que luchan hoy en este presente revolucionario. Como si fuera un mandato familiar. Es que tal vez el peronismo sea una gran familia, que nació para hacer de esta Argentina un hogar digno para todos. El problema es que hay quienes, unos pocos, se creyeron, históricamente, dueños de esta patria. Y lo que quisieron siempre es una patria para pocos. Por eso están en contra de la ampliación de derechos. Por eso el peronismo les genera ese odio, para nada irracional. Por eso Evita, como representación genuina del peronismo y de la dignidad que merece todo ser humano, les generó, y les sigue generando ese odio, para nada irracional. Por eso, el pueblo, los trabajadores, los excluidos, los discriminados la reivindicamos como guía de la revolución peronista inconclusa. Que estamos en camino de concluir. Aunque una revolución no tiene final. Por eso los jóvenes sienten una identificación natural con personalidades como la de Evita. Porque ser joven es sinónimo de ser rebelde. Ese es el espíritu que atraviesa al peronismo. Esa rebeldía de origen. Que encarnó en Eva y ella supo transmitir como nadie esa pasión por una patria justa, libre y soberana. Pasión que es interpretada y puesta en práctica por el proyecto nacional y popular iniciado en Mayo de 2003. Esta es la mística que anima al movimiento nacional y popular. Esta es la celebración del pueblo identificado con esa llama encendida que recorrió las calles de la ciudad rescatando no una fecha, no una figura, sino un símbolo, un significado, una actitud de vida. Porque Evita vive. En cada hombre y mujer que se rebela ante la injusticia. En cada mujer y hombre que ante la pobreza siente la bronca de la desigualdad y pone su sangre, su alma y sus manos a trabajar para erradicarla. Evita cumplió su promesa. Volvió y es millones. Daniel Mojica

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