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POR UNA COMUNICACION POPULAR

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viernes, mayo 15, 2009

"LA SOMBRA DE FEDERICO" ES PARA VERLA

CRONICA DE LA OBRA “LA SOMBRA DE FEDERICO” DE EDUARDO ROVNER Y CESAR OLIVA Conmovedora puesta en escena en donde la magia y la poesía de Federico García Lorca se hacen presentes. Destaco el trabajo de Fabián Vena, quien no compone un personaje, sino que es Federico a lo largo de toda la obra. Nos lleva de la mano en su infructuosa búsqueda de la razón de su muerte. Las dictaduras son la sinrazón, pero no son accidentes de la historia. No son sucesos azarosos en la vida de los pueblos. Son el resultado de estrategias de dominación de parte de los grupos de poder que prevalecen en determinadas épocas. Manifestándose de diferentes maneras en cada país, pero siempre con el objetivo de uniformar el pensamiento y perseguir a los diferentes. A los que se animan a pensar, a soñar, a no someterse. Cuando Federico se presenta ante quien lo detuvo y lo llevó a la muerte, le pregunta ¿por qué? ¿qué ganaron con mi muerte? El represor no sabe qué responder, sólo atina a decir que obedecía las órdenes del gobernador. También le dice que su fantasma lo persigue y no lo deja en paz. Pero no se arrepiente y en un momento de la charla le dice que era “un marica” y “un rojo”. Explicitando los motivos del odio hacia Federico. No sé cual habrá sido la intención de los autores y de la dirección de la obra. Pero yo no pude menos que asociar con nuestra pasada dictadura genocida. Será que todas las dictaduras se parecen en su atroz afán de someter a quienes piensan distinto, en su intento de quebrar la dignidad de sus víctimas. No se dan cuenta que ellos encarnan la indignidad misma. Que podrán matar a los que sueñan, pero nunca podrán suprimir los sueños. En este encuentro de Federico con quien lo detiene, queda demostrada la cobardía de los que se escudan en “la obediencia debida” para esconder el propio sadismo que los mueve. Muy buenas las actuaciones de Aldo Barbero, como el padre de Federico, y de Graciela Duffau, como Esperanza Rosales, la falangista que le da refugio y escondite en su casa. Hay escenas muy conmovedoras, como el diálogo entre Federico y su padre en el final de la obra. Muy potente la participación de los títeres que aportan dramatismo y vuelo poético a la puesta. “La sombra de Federico” es una reivindicación de la poesía, del compromiso de los poetas. Un grito de vida y esperanza en un contexto de opresión y muerte. También es la reivindicación de la memoria y de los sueños. Porque mientras tengamos memoria sabremos que ninguna muerte ha sido en vano. Mientras tengamos sueños, un futuro mejor es posible. Vale la pena verla. Daniel Mojica

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